Los robots de entregas se dedican a repartir comida mientras los vehículos autónomos esperan la luz verde



Aunque se trate de un negocio que no muchos conocen, los robots de entregas o de acera como son conocidos en Estados Unidos donde es más común verlos, se convertirán en una industria con ventas anuales de 1.000 millones de dólares dentro de una década, según IDTechEx, una firma británica de analistas. Estas máquinas autónomas de cuatro o seis ruedas, normalmente del tamaño de una maleta, ya reparten alimentos y otros productos en Estados Unidos, China y Europa.

amazon scout

Eso los sitúa por delante de muchos coches, furgonetas y camiones sin conductor que se están desarrollando. Según Zehao Li, analista de IDTechEx, estos vehículos más grandes no se ven frenados por la tecnología, sino por la normativa. Ello implica llevar un "conductor de seguridad" a bordo para que tome el relevo en caso de problema, lo que no ahorra trabajo.

En el caso de estos grandes artilugios, los reguladores quieren que los sistemas de seguridad estén totalmente probados. Pero también hay obstáculos legales. En enero, la Comisión Jurídica de Gran Bretaña, que revisa la legislación, recomendó que no fuera la persona del asiento del conductor la que se enfrentara a un proceso judicial si un vehículo en modo autónomo se estrellaba, sino el fabricante o el organismo que solicitó la aprobación para su uso.

Mientras tanto, los robots de acera se ponen manos a la obra. Entre ellos, Starship Technologies, con sede en San Francisco, afirma que ya ha realizado más de 2,5 millones de entregas con robots en varias ciudades, campus universitarios y parques empresariales de Europa y América. Amazon está realizando pruebas con un tipo de máquina similar que denomina Scout. Kiwibot, una startup colombiana, está haciendo entregas en la acera en California.

robot de entregas

Normalmente, estos robots transportan unas cuantas bolsas de comida utilizando una serie de sensores, como cámaras, radares y GPS, para navegar y evitar obstáculos y personas. Su progreso puede seguirse a través de una aplicación de teléfono, que también los desbloquea para poder recuperar la mercancía. Como son pequeños, se mueven lentamente (los robots de Starship pueden llegar a alcanzar los 6 km/h) y están "telemonitorizados" por personas en una sala de control que pueden tomar el control, las autoridades parecen más dispuestas a darles luz verde.

Estos robots también son cada vez más autónomos. En enero, Serve Robotics, otra empresa de San Francisco que cuenta con el apoyo de Uber, el gigante de los viajes compartidos, dijo que había desplegado un nuevo robot de acera con autonomía de "nivel 4", lo que significa que puede operar sin telemonitorización en algunas zonas previamente designadas.

También están apareciendo versiones robóticas que operan en las carreteras, pero sin cabina de conducción. Nuro, una empresa de Silicon Valley, fabrica uno del tamaño de un coche pequeño que puede transportar 24 bolsas de comida. Dispone de compartimentos refrigerados y calefactados para alimentos y bebidas. Udelv, también californiana, está desarrollando un tipo más grande, llamado Transporter, que funciona a velocidades de autopista. Estos robots de reparto, que están mucho más avanzados para ganarse el pan, están ayudando a allanar el camino para el momento en que los vehículos autónomos más grandes puedan unirse a ellos.


10% de descuento con el código "GHOST"

Publicar un comentario

Nadie ha comentado por ahora, inicia una conversación: