El pasado jueves 17 de diciembre, Akio Toyoda, presidente de la compañía Toyota defendió de manera inadvertida a Tesla Energy mientras daba una conferencia en Japón para la Asociación de Fabricantes de Automóviles. Toyota declaró que los vehículos eléctricos estaban sobrevalorados y sugirió que su aumento empeoraría el dióxido de carbono teniendo en cuenta la fuente de electricidad del país.
Actualmente, la compañía nipona estima que podría gastarse en la construcción de la infraestructura para la creación de toda la flota de vehículos eléctricos entre ¥ 14 billones (Yenes) ($135 millones), y ¥ 37 billones ( $358 millones) según The Wall Street Journal. También sugirió que si las carreteras estuvieran llenas de vehículos eléctricos el país se quedaría sin electricidad.
“The more EVs we build, the worse carbon dioxide gets”; (CEO de Toyota).
Según un informe de la Administración de Información Energética (EIA) de EE.UU, en Japón, el carbón representó un 31%, y el gas natural un 27% en la generación total de energía el año pasado. Esto supuso un 70% o 661 TWh del total proveniente de combustibles fósiles en 2019.
Por otro lado, existen argumentos a favor de Elon Musk con Tesla, ya que una parte primordial del objetivo es acelerar el cambio de una economía basada en "extraer y quemar" hidrocarburos a una economía de energía solar eléctrica. Por ejemplo, en 2018 solamente el 38% del petróleo consumido se destinó al transporte en Japón.
Elon Musk lo sabe, y parece ser que sus argumentos no van desencaminados en cómo afectará esto en un futuro. Y aquí es donde entra Tesla Energy, sugiriendo que las energías renovables y los sistemas de almacenamiento de energía de baterías podrían ser la respuesta a los problemas que Toyota insinuó durante la conferencia.
Actualmente el departamento de energía de Tesla ya ha comenzado a proveer de servicios a varios países, entre los que se encuentran: Reino Unido, Alemania, Australia e incluso posiblemente Israel.
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